Tardamos un poco en admitirlo, pero en el otoño de 2023 finalmente aceptamos lo inevitable: no queríamos ser solo amigos. Así que nos arriesgamos y empezamos a salir.
El 15 de noviembre de 2023, en uno de los lugares más mágicos del mundo, frente a los fuegos artificiales de Disney, las luces iluminaban el cielo y, sin pensarlo demasiado, con el corazón latiendo fuerte, llegó la pregunta: "¿Quieres ser mi novia?" No hubo dudas. La respuesta fue un sí absoluto. Los meses siguientes fueron los mejores. Estábamos más felices que nunca y, para marzo de 2024, nos dimos cuenta de que queríamos más. Queríamos compartirlo todo: nuestras mañanas, nuestras noches, nuestras risas y hasta los días difíciles. Así que decidimos mudarnos juntos.
Fue una de las mejores decisiones que tomamos. Construir un hogar juntos fue hermoso y reafirmó lo que ya sabíamos: estábamos hechos el uno para el otro.
Después de casi un año viviendo juntos, el siguiente paso era inevitable. El 9 de noviembre de 2024, sin sospechar nada, llegamos a un viñedo bajo el pretexto de una cena especial. Todo estaba cuidadosamente planeado: luces cálidas decoraban el espacio, la mesa estaba elegantemente preparada y la atmósfera tenía un aire mágico. La sorpresa fue perfecta. El vino, la comida, la música… cada detalle parecía sacado de un sueño. Y en ese momento, con el corazón latiendo más fuerte que nunca, llegó otra pregunta, aún más importante: "¿Quieres casarte conmigo?"
Y, por supuesto, la respuesta fue un sí.
Ahora estamos contando los días para noviembre de 2025, cuando daremos el "sí" definitivo.
Siempre hemos creído que lo nuestro no fue casualidad. Nuestro hilo rojo nos unió cuando era el momento indicado y nos guió en cada paso, en cada decisión, en cada "sí" que nos llevó hasta aquí. Esta es nuestra historia, una que comenzó con una amistad irrompible y que nos llevó hasta este punto. Y sabemos que esto es solo el principio de algo aún más grande.